Cuando la esposa de Albert Caldwell contemplaba cómo el personal de cubierta cargaba con el equipaje el 10 de abril de 1912 en Southampton, preguntó a uno de los mozos: “¿Es verdad que este barco no se puede hundir?”. El chico le contestó: “Así es, señora, ¡ni Dios mismo podría hundir este barco!”. Los pasajeros de este trasatlántico que iniciaba así su primer viaje a Nueva York, no podían ni imaginar lo que ocurriría cuatro días después, veinte minutos antes de la madrugada.
LA BIBLIA QUE CONSOLÓ A LOS SOBREVIVIENTES
Cuando empezaron a sacar a los pasajeros de los camarotes, cada uno se llevaba lo que le parecía más importante salvar del naufragio. La mujer de Adolf Dyker llevaba por ejemplo una caja con dos relojes de oro, dos anillos de diamantes, un collar de zafiros y doscientas coronas danesas. Otros como la señorita Edith Russell, preferían llevar una especie de mascota como un cerdo de juguete con música, al que tendría especial cariño. Hay quien llevaba los libros que tenía en la mesilla, como Lawrence Beesley, o un revolver y un compás, como Norman Campbell Chambers. Hubo hasta quien guardó cuatro naranjas bajo su blusa, como el camarero James Johnson.
En segunda clase viajaba un joven estudiante de teología llamado Stewart Collett. El se llevó la Biblia, que prometió a su hermano que llevaría siempre consigo, hasta que se volvieran a ver. El pastor Robert Bateman se quedó de pie en la cubierta mirando como su cuñada, la señora Ada Balls, subía al bote. “Si no nos volvemos a ver de nuevo en este mundo”, le dijo: “Nos veremos en el otro”. Mientras bajaba la barca, se quitó su alzacuello y se lo dio a ella como recuerdo. La banda parece que tocó hasta el final en la cubierta un himno de origen episcopal llamado Otoño.
“¡MÁS CERCA, OH DIOS, DE TI!”
Uno de los temas más curiosos de discusión sobre el hundimiento del Titanic es cuál era la música que tocaba la banda hasta el último momento. La leyenda dice que era el himno ¡Más cerca, oh Dios, de Ti! Muchos de los supervivientes así lo recuerdan. Y no hay razones para dudar de su sinceridad.
Lo cierto es que el hecho de que sonara un himno, mientras se hundía el Titanic, se ha convertido en una expresión de futilidad en lengua inglesa. Es la imagen del extraño espectáculo de músicos cayendo e instrumentos volando por el aire, mientras las luces parpadeaban, hasta apagarse definitivamente. Sólo una lámpara de keroseno destellaba en el mástil más alto, mientras el barco se hundía.
¿Qué motivó la extraordinaria actitud de los músicos para tocar hasta la muerte? Probablemente la personalidad de su líder y director sumada a la del resto de compañeros, un sólido bloque humano unido por la música. Wallace Hartley, el director de la orquesta, estaba formado en la tradición metodista y su padre había sido director del coro de la iglesia protestante de esta denominación evangélica .
ia dice también que el motivo por el que los músicos permanecieron en cubierta, fue un intento de mantener en alto la moral de los pasajeros. Pero hay un debate acerca de cuál fue la canción final. La “tradición” dice que la última melodía fue el himno "Más cerca, mi Dios, de ti" (Nearer, My God, To Thee)
Lo que sí confirman los testimonios es que la banda tocó en efecto en la cubierta esta canción de enorme significado y mensaje en las circunstancias que envolvían su música.
Pero el pasajero que recordó que se tocaba ese himno en particular fue lo suficientemente afortunado como para salir mucho tiempo antes de que el barco se hundiera, por lo que no puede afirmar que fuese la última canción que interpretó la banda .
DAR LA VIDA POR OTROS
ia dice también que el motivo por el que los músicos permanecieron en cubierta, fue un intento de mantener en alto la moral de los pasajeros. Pero hay un debate acerca de cuál fue la canción final. La “tradición” dice que la última melodía fue el himno "Más cerca, mi Dios, de ti" (Nearer, My God, To Thee)
Lo que sí confirman los testimonios es que la banda tocó en efecto en la cubierta esta canción de enorme significado y mensaje en las circunstancias que envolvían su música.
Pero el pasajero que recordó que se tocaba ese himno en particular fue lo suficientemente afortunado como para salir mucho tiempo antes de que el barco se hundiera, por lo que no puede afirmar que fuese la última canción que interpretó la banda .
DAR LA VIDA POR OTROS
Lo que es un hecho también probado, y que conmueve, es que cuando los botes salvavidas finalmente se bajaron, los oficiales dieron la orden de que "las mujeres y los niños" debían ir primero.
Quedó registrado que 115 hombres de primera clase y 147 de segunda dieron un paso atrás cuando iban a subir a los botes para hacer espacio a las mujeres y los niños, y como resultado de su gesto altruista perdieron la vida .
Este cuadro, lejos de hablarnos de la ausencia de Dios, nos muestra la realidad de Aquel que está al control de todas las cosas.
A cien años del hundimiento del Titanic la fe de sus sobrevivientes y la confianza en la Palabra de Dios nos animan a seguir compartiéndola con todos.
ESTA ES LA ULTIMA CANCION QUE SE ESCUCHO EN EL TITANIC
"MAS CERCA OH DIOS DE TÍ"
Letra del himno compuesto por T.M Westeup y Lowell Mason del libro de Génesis 28:10-22. Cerca de ti Señor, quiero morar: Tu grande, tierno amor quiero gozar. Llena mi pobre ser, limpia mi corazón, hazme tu rostro ver en comunión. Pasos inciertos doy, el sol se va; mas si contigo estoy, no temo ya. Himnos de gratitud feviente cantaré, y fiel a ti Jesús, siempre seré. Día feliz veré creyendo en ti, en que yo habitaré, cerca de ti. Mi voz alabará, tu dulce nombre allí, y mi alma gozará, cerca de ti. |
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Condensado de varias fuentes,
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